Mujer, Parejas, Familias....y más.
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Mi declaración de autoestima
Yo soy yo.En todo el mundo no existe nadie exactamente igual a mí.
Hay personas que tienen aspectos míos,pero en ninguna forma el mismo conjunto mío.Por consiguiente, todo lo que sale de mí es auténticamente míoporque yo sola lo elegí.
Todo lo mío me pertenece: mi cuerpo,todo lo que hace;mi mente,con todos sus pensamientos e ideas;mis ojos, incluyendo todas las imágenes que perciben;mis sentimientos, cualesquiera que sean: ira,alegría,frustración, amor, decepción, emoción;mi boca, y todas las palabras que de ella salen, refinadas, dulces, o cortantes,correctas o incorrectas;mi voz,fuerte o suave,y todas mis acciones, sean para otroso para mí.
Soy dueña de mis fantasías,mis sueños,mis esperanzas,mis temores.Son míos mis triunfos y mis éxitos,todos mis fracasos y errores.
Puesto que todo lo mío me pertenece,puedo llegar a conocerme intimamente.
Al hacerlo, puedo llegar a quererme y sentir amistad hacia todas mis partes.puedo hacer factible que todo lo que me concierne funcione para mis mejores intereses.
Sé que tengo aspectos que me desconciertan y otros que desconozco.Pero mientras yo me estime y me quiera,puedo buscar con valor y optimismo soluciones para las incógnita se ir descubriéndome cada vez más.
Como quiera que parezca y suene,diga y haga lo que sea,piense y sienta en un momento dado,todo es parte de mi ser.
Esto es real y representa el lugar que ocupo en ese momento del tiempo.
A la hora de un examen de conciencia, respecto de lo que he dicho y hecho,de lo que he pensado y sentido,algunas cosas resultarán inadecuadas.
Pero puedo descartar lo inapropiado,conservar lo buenoe inventar algo nuevoque supla lo descartado.
Puedo ver, oír, sentir, decir, y hacer. Tengo los medios para sobrevivir,para acercarme a los demás,para ser productiva y para lograr darle sentido y orden al mundo de personas ycosas que me rodean.
Me pertenezco y así puedo estructurame.
Yo soy yo y estoy bien.
© Virginia Satir, 1975. "Mi declaración de autoestima".
***
Soy especial
Soy especial. En todo el mundo no existe alguien igual a mí.
Desde el comienzo de los tiempos no ha habido otra persona como yo. Nadie tiene mi sonrisa. Nadie tiene mis ojos, mi nariz, mi pelo, mis manos, mi voz. Soy especial.
Nunca ha habido nadie que ría como yo, o que llore como yo. Y lo que me hace reir o llorar nunca provocarán idéntica risa o llanto en nadie más.
Soy la única en toda la creación que tiene mi conjunto de cualidades. Siempre habrá alguien que sea mejor en algo de lo que yo hago, pero nadie en el universo puede tener la combinación de mis talentos, ideas, capacidades y sentimientos.
En toda la eternidad nadie se verá, hablará, caminará, pensará o hará las cosas como yo. Soy especial. Soy única.
Y como todo lo único, tengo un gran valor. Debido al valor de ser única, no debo tratar de imitar a otras personas. Aceptaré y celebraré mis diferencias.
Soy especial.
Y comienzo a darme cuenta de que no es casualidad que haya sido hecha de una manera especial para un propósito muy especial. Debo tener una misión que nadie más puede hacer tan bien como yo. Entre billones de postulantes sólo una está calificada, sólo una tiene la correcta combinación de todo lo que se necesita.
Esa una soy yo. Porque soy especial.
(autor desconocido)
***
No me arrepiento de nada
Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,
me inspiran.
Reniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
bajo la planchada y almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
levantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
ser la "niña buena", la "mujer decente"
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-
transgrediendo maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
e hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina-
y rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.
Gioconda Belli
***
Soy sobreviviente
Soy india, wuacha y loca
Soy negra, gitana, judía y palestina
Peruana, boliviana y migrante
Soy mestiza, latina y blanca.
SOY SOBREVIVIENTE.
Soy pobre, pobladora, trabajadora
cesante, ambulante y explotada.
Soy puta, vendo flores por las noches,
pido limosnas y canto en las micros.
Coso ajeno, lavo ajeno, limpio ajeno,
pero soy propia y rebelde.
SOY SOBREVIVIENTE.
Soy niña, joven, adolescente y vieja.
He sido monja para no casarme
Me he matrimoniado para salir del yugo paterno
He abandonado a un hombre para no ser esclava
SOY SOBREVIVIENTE.
Soy okupa, activista, anarquista, pensadora, escritora…
y otras veces, me hago la tonta...
Soy terapeuta, comunicadora, monitora y autodidacta
Soy ecologista, pacifista, animalista, vegetariana y vegana
Y otras veces doy la guerra con uñas y con dientes
porque SOY SOBREVIVIENTE.
Soy lesbiana, maraca, amante de un hombre o de varios
Amo, deseo, quiero y desespero…
Visto ceñido, corta la falda, escote abierto…
O no muestro nada
¡No porque No!
Y No ¡porque No es No!
Tapada
para que no me vean
para que no me acosen
para que no me vendan y me compren
para que no vean quién de verdad soy
Aunque soy quien soy
y la que quiero ser, soy.
Estoy viva, lo confieso
SOY SOBREVIVIENTE.
No he ido de blanco, jamás
no me sienta, no es mi color
me invisibiliza, me absorve, me devora
No he usado tacos altos, nunca
me caigo, me enlentecen, me enferman, me idiotizan
Soy defectuosa, no me caso, no me embarco, no me someto
Soy madre, sola y sexual.
He abortado porque he querido
He parido porque me han obligado
He parido por deseo propio
He parido y he aprendido a amar
Vivo sola, a mí me tengo, conmigo me basto y no me sobro
SOY SOBREVIVIENTE.
Amo la tierra, la luna, las bestias y a las diosas
Soy bruja, divina, urbana, campesina, hipi y volada
Soy rockera, romántica, folclórica y popular
Soy roja, negra, rojinegra y sobretodo morada.
He sido golpeada, torturada, abusada y violada
He sido presa política, rea común y mujer maldita
SOY SOBREVIVIENTE.
Soy perseguida, culpabilizada, juzgada,
condenada, burlada y calumniada
He sido quemada, odiada, temida y avistada.
He sido ignorada, negada, obviada
y eliminada de la Historia, de la Ciencia y de la Filosofía.
Pero SOY SOBREVIVIENTE.
He sido trastocada, distorsionada, olvidada, difuminada
Se han cooptado mis palabras y mis símbolos
Se han confudido mis ideas
Se han experticiado mis pensamientos
Se han psicologizado mis propuestas
Se han vaciado mis consignas
Se han aprovechado de mis luchas
Pero, quiéranlo o no, soy feminista, radical y autónoma
porque SOY SOBREVIVIENTE.
Victoria Aldunate
***
No basta
No basta con decidir abrirte.
Debes hundirte los dedos
en el ombligo, con las dos manos
agrietarte,
derramar los lagartos y los sapos
las orquídeas y los girasoles,
virar al revés el laberinto.
Sacudirlo.
Sin embargo, no te vacías del todo.
Quizás una flema verde
se esconde en tu tos.
Tal vez no sabes que la tienes
hasta que un nudo
te crece en la garganta
y se convierte en rana.
Te cosquillea una sonrisa secreta
en el paladar
lleno de orgasmos diminutos.
Pero tarde o temprano
se revela.
La rana verde croa sin discreción.
Todos miran.
No basta con abrirte
una sola vez.
De nuevo debes hundirte los dedos
en el ombligo, con las dos manos
desgarrarte,
dejar caer ratas muertas y cucarachas
lluvia de primavera, mazorcas en capullo.
Virar al revés el laberinto.
Sacudirlo.
Esta vez debes soltarlo todo.
Enfrentar el rostro abierto del dragón
y dejar que el terror te trague.
—Te disuelves en su saliva
—nadie te reconoce hecha charco
—nadie te extraña
—ni siquiera te recuerdan
y el laberinto
tampoco es creación tuya.
Y has cruzado.
Y a tu alrededor espacio.
Sola. Con la nada.
Nadie te va a salvar.
Nadie te va a cortar la soga,
a cortar las gruesas espinas que te rodean.
Nadie vendrá a asaltar
los muros del castillo ni
a despertar con un beso tu nacimiento,
a bajar por tu pelo,
ni a montarte
en el caballo blanco.
No hay nadie que
te alimente el anhelo.
Acéptalo. Tendrás que
hacerlo, hacerlo tú misma.
Y a tu alrededor un vasto terreno.
Sola. Con la noche.
Tendrás que hacerte amiga de lo oscuro
si quieres dormir por las noches.
No basta con
soltar dos, tres veces,
cien. Pronto todo es
tedioso, insuficiente.
El rostro abierto de la noche
ya no te interesa.
Y pronto, otra vez, regresas
a tu elemento y
como un pez al aire
sales al descubierto
sólo entre respiros.
Pero ya tienes agallas
creciéndote en los senos.
Gloria Anzaldúa
***
La Loba
Yo soy como la loba.
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.
Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,
que yo no pude ser como las otras, casta de buey
con yugo al cuello; libre se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza.
Mirad cómo se rien y cómo me señalan
porque lo digo así: (Las ovejitas balan
porque ven que una loba ha entrado en el corral
y saben que las lobas vienen del matorral).
¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño!
¡No temáis a la loba, ella no os hará daño.
Pero tampoco riáis, que sus dientes son finos
y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!
¡No os robará la loba al pastor, no os inquietéis;
yo sé que alguien lo dijo y vosotros lo creéis
pero sin fundamento, que no sabe robar
esa loba; sus dientes son armas de matar!
Ha entrado en el corral porque sí, porque gusta
de ver cómo al llegar el rebaño se asusta,
y cómo disimula con risas su temor
bosquejando en el gesto un extraño escozor...
Id si acaso podéis frente a la loba
¡Y robadle el cachorro! no vayáis en la boba
conjunción de un rebaño ni llevéis un pastor...
¡Id solas! ¡Fuerza a fuerza oponed el valor!
Ovejitas mostradme los dientes. ¡Qué pequeños!
No podréis, pobrecitas, caminar sin los dueños
por la montaña abrupta, que si el tigre os acecha
no sabréis defenderos, moriréis en la brecha.
Yo soy como la loba. Ando sola y me río
del rebaño. El sustento me lo gano y es mío
donde quiera que sea, que yo tengo una mano
que sabe trabajar y un cerebro que es sano.
La que pueda seguirme que se venga conmigo,
pero yo estoy de pie, de frente al enemigo,
la vida, y no temo su arrebato fatal
porque tengo en la mano siempre pronto un puñal.
El hijo y después yo y después... ¡lo que sea!
aquello que me llame más pronto a la pelea.
A veces la ilusión de un capullo de amor
que yo sé malograr antes que se haga flor.
Yo soy como la loba.
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.
Alfonsina Storni
***
Si preguntan por mí.
Si preguntan por mí...diles que salí a cobrar la vieja deuda
que no pude esperar que a la vida...se le diera la gana de llegar a mi puerta.
Diles que salí definitivamentea dar la cara sin pinturas y sin trajes el cuerpo.
Si preguntan por mí...diles que apagué el fuego,dejé la olla limpia y desnuda la cama,
me cansé de esperar la esperanza y fui a buscarla.
Diles que no me llamen...
Quité el disco que entretenía en boleros el beso y el abrazo
la copa estrellé contra el espejo porque necesitaba convertir el vino en sangre
ya que jamás se dio el milagro de convertirse el agua en vino.
Si preguntan por mí...diles que salí a cobrar la deuda que tenían conmigo
el amor,el fuego, el pan, la sábana y el vino
que eché llave a la puerta y no regreso.
¡Definitivamente diles que me mudé de casa!
¡Haz de tus ideas una auténtica amenaza!
Amenaza al patriarcado
Amenaza al machismo
Amenaza a la desigualdad
Amenaza a quien te mire en menos
Amenaza a quien no crea en que lo puedes lograr
Amenaza a quien no sepa apreciar tus cualidades
Amenaza a quien no pueda mirar mas allá de su nariz por cobardía a sentir tu dolor
Amenaza a las barreras que logras superar
Amenaza a la discriminación que se te hace
Amenaza a quien te juzga
Amenaza a quien te insulta
Amenaza a quien se propasa con tu cuerpo de mujer
Amenaza a quien cree que si no eres "perfecta" no eres mujer
Amenaza a las puertas que se te cierran!
Amenaza a quien no crea en Ti!
MUJER, NI SUMISA, NI DEVOTA. TE QUIERO: LIBRE, LINDA & LOCA!
http://llavexespecial.blogspot.com/
***
Huérfanas de madre
"Las mujeres no hacen linaje" dice un antiguo refrán castellano. La mujer hace hijos para el linaje de otro pero ella misma carece de linaje. Y también hace hijas para que cuando ella muera otra mujer la sustituya en ese menester.
Este hecho, en apariencia irrelevante y sin trascendencia, es de una gravedad tal que las mujeres debemos cuestionárnoslo si queremos desmontar la estructura patriarcal. De hecho, pone de manifiesto el vacío de madre o la madre como la gran ausente (para la hija mujer, pero es tierna con el hijo varón).
(...) Las mujeres no tenemos madre, incluída nuestra madre. (...) ( por eso) las mujeres debiéramos agruparnos, reunirnos, darnos calor, afecto, compañía unas a otras. (...)
La desunión de las mujeres es uno de los requisitos fundacionales del patriarcado. Física y mental para que la reunión o el agrupamiento si se dan no rompan el tabú: la INSOLIDARIDAD.
Insolidaridad que empieza con la madre contra la que toda hija se revuelve en algún momento y sentido en busca de la legitimación patriarcal que ella vislumbra como liberación y que es en cambio su condena definitiva. (...)
SÍ, SERÁ NECESARIO QUE LAS MUJERES PASEMOS A NOMBRARNOS Y SER NOMBRADAS."
Victoria Sau
(Ser mujer, el fin de una imagen tradicional)
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Cadena de amigas, cadena poderosa
Una fila de niñas tomadas de la mano de cara a la inmensidad de las olas del mar. Solitas podrían ser sumergidas en el agua, pero juntas se mantienen fuertes. Gracias a cada una de vosotras por sostener mi mano en algún lado del camino, cuando estaba de cara a mi propia ola. ¡Espero que busquen sostenerse de mi mano cuando su propia ola les amenace! Todas nosotras... viejas y jóvenes, muy cercanas o de antaño, tenemos recuerdos especiales de buenos tiempos que hemos compartido. Hemos tenido también nuestra parte de tiempos difíciles cuando nuestras amigas y amigos estuvieron presentes para hacernos sentir mejor. Hemos compartido....nuestros corazones, nuestro tiempo, nuestros secretos, nuestros temores, nuestras esperanzas y nuestros sueños. Nunca rompamos la cadena de amigas!
***
Mujeres que corren por su vida
..."No podemos controlar quién nos trae a este mundo. No podemos influir en la educación que nos han dado; no podemos obligar a la cultura a convertirse instantáneamente en hospitalaria...
Pero la buena noticia es que, INCLUSO TRAS HABER SIDO HERIDAS, INCLUSO EN NUESTRO ESTADO DE FIERAS E INCLUSO CUANDO NOS ENCONTRAMOS TODAVÍA EN SITUACIÓN DE CAUTIVIDAD, PODEMOS RECUPERAR NUESTRA VIDA.
El plan psicológico del alma para regresar al propio interior es el siguiente: tomar medidas especiales de precaución y perderse poco a poco en lo salvaje, creando estructuras éticas y protectoras que nos ayuden a conseguir las herramientas necesarias para medir en qué momento algo es excesivo.
Por consiguiente, el regreso a la psique libre y salvaje tiene que llevarse a cabo con audacia pero también con reflexión. En psicoanálisis nos gusta subrayar que para convertirnos en sanadores/ayudantes es tan importante aprender lo que no hay que hacer como lo que hay que hacer.
El regreso a lo salvaje desde la cautividad tiene que hacerse con las mismas precauciones. (...) SI NUESTRA NATURALEZA SALVAJE HA SIDO HERIDA POR ALGO O POR ALGUIEN, NOS NEGAMOS A ECHARNOS AL SUELO Y MORIR. RECURRIMOS A NUESTROS INSTINTOS Y HACEMOS LO QUE HAY QUE HACER (...)
Una mujer fiera no puede permitirse el lujo de ser ingenua. Durante su regreso a la vida innata tiene que contemplar los excesos con escepticismo y ser muy conciente del precio que éstos suponen para el alma, la psique y el instinto.
Como los lobeznos, NOSOTRAS NOS APRENDEMOS DE MEMORIA LAS TRAMPAS, CÓMO ESTÁN HECHAS Y CÓMO ESTÁN COLOCADAS. De esta manera conservamos la libertad. (...)
Si deseas recuperar a la Mujer Salvaje (1), NO PERMITAS QUE TE CAPTUREN. Con los instintos bien aguzados para no perder el equilibrio, salta donde quieras, aúlla a tu gusto, toma lo que haya, averigua todo lo que puedas, examínalo todo, contempla lo que puedas ver.
Baila con zapatillas rojas pero cerciórate de que son las que tú has hecho a mano. Te aseguro que te convertirás en una mujer rebosante de felicidad."
1) La autora llama "Mujer Salvaje" a la esencia femenina instintiva que se niega a ser constreñida en los roles rígidos y estereotipos culturales.
Clarissa Pínkola Estés
(Mujeres que corren con los lobos, fragmentos)
***
Hombre pequeñito
Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
suelta a tu canario, que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.
Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.
Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
ábreme la jaula que quiero escapar;
hombre pequeñito, te amé un cuarto de ala;
no me pidas más.
Alfonsina Storni
http://amediavoz.com/storni.htm
***
La locaNo me porto así porque esté loca, sino porque tengo que cuidarte todo el tiempo. Por eso te sigo y por eso me quedo mirándote desde la esquina mientras estás con tus amigas. A veces trato de esconderme para no molestarte, pero ellas igual me ven y yo sé que se ríen de mí y que a ti eso no te gusta… Pero tengo que hacerlo porque te quiero, no porque esté loca, todos creen eso, pero no es así.
La señorita me dijo bien claro que estoy enferma, pero no de psiquiátrico. Es que me duele la mente a mí, sobre todo cuando me recuerdo de cosas. Y cuando les hacen algo malo a ustedes. Yo se lo expliqué a la señorita y ella me entendió.
Que me tomara las pastillas no más y que si quiero, recuerdo, y si no quiero, no. Que todo lo que haga ahora, dice ella, lo tengo que hacer porque quiero y no porque alguien me obliga, que está bien que las quiera, pero que está mal que le pegue a la gente que las trata mal. Y que no haga locuras.
Pero a veces me da por hacer cosas raras como esa vez que me fui a la rueda y quería subirme entremedio de los carros ¿te acuerdas? y tú tuviste que pedirle disculpas al guardia porque se enojó y dijo que iba a llamar a los pacos y me iba a denunciar porque él no quería viejas suicidas ahí. Pero yo no quería matarme, todos creyeron eso, pero no, yo quería mirar las estrellas sola, sin nadie al lado. Porque si una se sube en los carritos pagando como todos, te ponen una señora al lado, o peor, a un tipo, que entre vuelta y vuelta te puede entrar a manosear y yo no quiero manoseo, no me gustan esas cosas a mí. No quiero que ningún hombre me ande manoseando, ni siquiera el Raúl. Ya no. Soy una mujer honrada yo.
¿Porque la gente siempre cree que una es puta? Si ando sucia a veces es porque no tenemos baño y se me olvida lavarme la cara, no es porque ande putiando por ahí. Porque al contrario, la que anda putiando se emperifolla, se perfuma, se pinta y yo no, ¿para qué? Yo ya tuve mi hombre y no quiero más hombre. Yo las quiero a ustedes y nada más me importa. Por eso me vine del Puerto, para estar con ustedes, no me importó nada que Raúl me pidiera que me quedara con él, que en el Hospital me suplicara, ¡Quédate Cindy, quédate, si yo voy a cambiar, si ya dejé a la rucia, si te quiero a ti no más! No, le dije, no vuelvo con vos, pura vergüenza me da volver con vos. ¡Con qué cara queris que mire a la señorita después! (la otra señorita, la del Puerto, digo, no ésta. Esta no conoce al Raúl ¡y mejor que no lo conozca porque quizás qué diría!). ¡Si ella me había dado todos los certificados para los comparendos! Si hasta me llevó en su propio auto (un auto rojo, bien bonito) a constatar lesiones y a cada rato se volvía para atrás y me miraba asustada. Después me contó que ella creía que me iba a morir porque estaba pálida, y más pálida me veía porque me corría la sangre, rojita, por la cara... pero yo ni me quejaba, iba calladita, asustada porque le estaba ensuciando el auto a la señorita y ella me decía, ¡No importa Cindy, sólo no te muevas que te puede venir un ataque! Iba como histérica la señorita y yo ya veía que chocábamos y nos moríamos las dos. Yo por culpa del Raúl y ella por culpa mía... Pero no quería morirme yo, porque estaban ustedes en el mundo, ¿me entendis? Yo me podría haber muerto, pero no quise, estuve cerca, eso sí, porque fue la primera vez que el Raúl me pegaba con objetos. Así le dicen cuando te preguntan las señoritas: ¿Le pega con la mano o con objetos? y esa vez me pegó con un objeto.
¡Qué vai a hacer con eso Raúl!, alcancé a gritarle y él con la tranca de la puerta en la mano me miraba, rojo de rabia… Ahí se me nubló todo, y lo último que vi fue a la Carlita y a la Jenny, abrazadas debajo de la mesa.
Yo en todo caso cuando desperté supe que no me iba a morir, porque si el Raúl no me había matado a palos y la señorita no había chocado, entonces era que yo ya no me moría más. Le dije eso a la señorita y ella se río y a mí me gustó que se riera. Las pasó conmigo ella, fue en persona a hospitalizarme y fue en persona a buscarme cuando me dieron de alta.
¡Cindy, yo no tengo derecho a decirte esto, pero te lo voy a decir igual, no vuelvas con él!, ¡No hagas caso cuando el juez te diga que concilies y los mande a terapia familiar. Te va a matar! A lo mejor tú sientes que él no lo haría, pero créeme, lo hacen!...
Así me hablaba la señorita mientras salíamos del hospital. Ella pensaba que tenía la papa, que me estaba diciendo la gran cosa, que yo no me daba cuenta de nada. Pero me daba. Si no soy tan loca tampoco. El Raúl me estaba pegando con objetos ya, y yo estaré enferma, pero no soy huevona, no iba a volver con él, mucho lo querré, pero más las quiero a ustedes y no las iba a dejar solas. Cuando me dijeron que se las habían llevado, me puse como loca, le rompí la tele a la rucia y le tiré lejos las fonolas (porque era mentira que la había dejado, lo encontré con ella), le pegué al Raúl también. Tan loca estaba que me internaron en una cuestión parecida a la de ustedes, pero diferente. A donde me llevaron a mí había puros mentalistas (que te ven la mente) y me obligaron a tragarme un montón de pastillas de todos colores, y la señorita ya no podía ayudarme porque ahora yo ya no era mujer golpeada, porque no vivía con el Raúl y él vivía con otra. Además decían que me había vuelto loca por otras cosas, no por los golpes, y entonces no entraba en VIF y cuando una entra en VIF, a una la ayudan, pero cuando no entra, no. Igual me consiguió una plata para el pasaje cuando me dejaron salir. Y yo me vine altiro, ni pensé en ir donde el Raúl. Yo las quería a ustedes no más. Pensaba en cómo estarían sufriendo, sin mí, todas separadas, en distintos Hogares, y le lloré a mi mamá para que las sacara de ahí.
¡Por ellas lo voy a hacer!, me dijo. ¡No por vos! Porque yo quiero a las cabras chicas y me dan pena…
Ahora le dan pena las cabras chicas. Cuando yo era cabra chica, yo no le daba pena. No le daba pena pegarme con la manguera (porque a mí desde chica me han pegado con objetos), y no le daba pena cuando me gritaba ¡Cabra culiá, pa' qué habris nacido! Ahí no le daba pena yo… pero sabis Estrellita, ese día no le respondí lo que hubiera podido responderle. ¿Sabis por qué no le respondí?, porque es una vieja cabrona y si le hubiera dado la indiá no las saca nunca de ahí.
Sí, ya sé que tú la queris. Bueno, es una vieja cabrona conmigo entonces. Conmigo no más. Porque soy medio loca.
No le respondí nada a la vieja cabrona porque nadie más podía sacarlas, porque a ella no más le dieron la custodia y a mí en cambio me la quitaron, porque a mí no me cuentan como responsable. O sea, creen que soy irresponsable. Y yo soy responsable. Pero la gente no cree…
Así que la dejé que hablara no más. No importa lo que ella crea, yo te cuido, yo sí te cuido, por eso no me gusta cuando vai' pa' donde el Pepe y te quedai tanto rato adentro con él. No es que me moleste el Pepe. El Pepe, yo sé que es bueno, pero el papá de él es un viejo curado y te mira con malos ojos. Yo sé. Y tú, tan pará en la hilacha con otra gente, que hasta me has defendido cuando mi mamá me quiere pegar, a él no le decis ninguna cosa… Y es para no perder al Pepe ¿cierto? Sí yo sé. No, no te enojes conmigo. Sé que siempre me decis que hay muchos hombres en el mundo, pero yo no te creo, porque yo también tuve quince años y quise al Raúl y le aguanté todo con tal de que se quedara. Habían muchos hombres el mundo, pero yo lo veía a él no más. No quiero que te pase lo mismo que a mí. Por eso le pegué al viejo curado. Tú te enojaste, hasta me insultaste, pero no importa Estrellita, él no tiene ningún derecho a decir que tú estai rica. No tiene ningún derecho porque tú eres una niñita no más. Mi niñita. Y él es un viejo curado, y no voy a dejar que sintai a un viejo hediondo sobajeándote...
Pensé en el lacho de mi mami tirándoseme encima y en el viejo Rodolfo, ese mismo que tú me dijiste que le estaba pagando a las cabritas chicas del barrio pa que se lo chupen. Ese mismo me violó a mí.
Y entonces me le tiré encima al papá del Pepe mientras él trataba de convencerme que no había hablado de ti.
¡Si no lo dije por la Estrellita, usted no escuchó bien!, me lloraba el muy maricón. Que yo como estaba enferma no entendía bien las cosas.
Yo lo había escuchado clarito recién diciendo que a la minita del Pepe me la voy a pasar por armas porque está terrible de rica y pa eso el Pepe es mi hijo.
Recién lo había dicho el viejo borracho y cuando me negó, más rabia me dio. Agarré una silla y se la quebré en la cabeza porque a ti ningún viejo cabrón te va a hacer ninguna cosa mientras yo esté viva.
Porque yo seré loca, pero no huevona y lo escuché clarito y hasta el Pepe mismo cuando cachó que estaban llamando a los pacos, me dijo: ¡Señora Cindy arranque mejor, que vienen los pacos!
Por eso yo quiero al Pepe, pero no quiero que te quedis en la pieza con él tanto rato. Por eso te voy a buscar y te grito de afuera, aunque a ti te de vergüenza, por eso me quedo despierta todas las noches pa vigilar tu sueño, pero sobre todo pa vigilar al John y al Marcos que el otro día se pasearon desnudos delante de ti en la pieza.
¡Si no te gusta te vai no más, agarrai a tus cabras y te vai!, me dijo mi mami, ¡que ustedes cuatro están demás en esta pieza, sin ustedes seríamos diez y sería más fácil armar los colchones en la noche!
Pero a dónde me voy a ir, si no tengo a donde, ¡No ve que la señorita me está consiguiendo un terreno para poner una mediaguas!, le dije.
¡La señorita, la señorita! ¡La señorita esto, la señorita lo otro!, me remedaba.
Y yo lo único que quiero es que mis hermanos las respeten a ustedes, nada más porque ustedes son niñitas no más.
¡Niñitas, van a ser!, mi mamá se río de mí, ¡Niñita la Estrella! ¡Seguro! ¡Ya está buena pa casarse y ya le anda moviendo el culo a los hombres! ¡Loca de mierda, no entendis nada tú! ¡Si tener mujeres es para puros problemas!...
¡Que yo no entiendo! No es cierto, yo entiendo, yo entiendo las miradas que te pegan mis hermanos por eso me quedo despierta en la noche, yo entiendo que tú no tenis la culpa y que tú no le movis el culo a ningún hombre (bueno, al Pepe no más, pero el Pepe es bueno), yo entiendo que tú estai enamorá y por eso te arreglai pa él, yo entiendo que eso no tiene nada que ver con las miradas que te dan el John y el Marcos y el viejo borracho, yo entiendo que tu no tenis ninguna culpa.
¡Y a mí me gusta tener niñitas porque una puede hacerle trenzas y coserle vestidos y porque son cariñosas como tú! ¡Tú no tenis culpa de nada Estrellita, no creas eso! Yo vi tu carita triste cuando mi mami lo gritó, pero yo no creo lo mismo…
Lo que sí creo Estrellita, es que tú eres muy re pilla. Demasiado. Y sé que me escondis el sostén para que me demore en buscarlo y así poder irte adelante y encontrarte con el Pepe, los dos solos. Sí, me doy cuenta, si yo soy loca, pero no… Sí, sí, sí, ya sé que te lo he repetido varias veces, pero es que entiéndeme tú a mí Estrellita, necesito que comprendas por qué te cuido tanto. Es porque te quiero.
Sí, Estrellita, yo sé que tú también me queris, si lo veo en tus ojos y me gusta cuando lo veo, porque veo que tú sí creis en mí aunque nadie crea, creo que tú sí entendis que yo no estoy tan loca, y siento que a veces tengai que recordarme donde guardé los calzones y qué hice con la mamadera de la Jenny, pero así son las cosas, yo me olvido de todo y tú eres la más grande y tenis que ayudarme. De lo que no me olvido Estrellita es de que soy tu mamá, de eso no me olvido nunca y por eso te cuido… ¡Y estai tan linda y grande! ¿Pa qué crecis tanto? ¡Ahora ni te alcanzo, caminas más rápido que yo! ¡Ya, dame un abrazo y no peleemos más!
¡Acompáñame donde la señorita que quiero preguntarle por la mediaguas!
Victoria Aldunate
(“ La Loca ”, III Concurso Latinoamericano Mujer: Imágenes y Testimonios-Edición Perú y del Movimiento Manuela Ramos, 2005)
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Lloraba la tierraLloraba la Tierra,
alzaba su voz pidiendo ayuda
de madre desangrada
al alumbrar su fruto.
Clamaba, los brazos extendidos
en forma de tormentas,
el vientre alborotado
anegando las marismas,
deshaciéndose las playas
ante su triste aliento,
creciendo los desiertos
a la par que su melancolía.
Lloraba la Tierra.
Lloraba.
Y todas las mujeres fueron una
al vislumbrar
todos los mañanas
muertos de sus hijos.
Y todas las mujeres
fueron una
llorando con el llanto de la Tierra
quemándoles el pecho.
Mi madre
la vecina,
mis amigas,
la anciana del collar de perlas,
la bibliotecaria,
la mujer del presidente
y sus adeptas,
la que vive en la montaña
y la que come en la oficina…
Todas se lanzaron a la calle
haciendo suyo el grito de La Tierra.
Y el Mundo se detuvo
ante el alarido aquel
de horror y rabia.
Y resurgió de las cenizas
aquel culto,
olvidado por los siglos
y la angustia,
el respeto hacia la Madre,
la Gran Diosa,
ahora y para siempre venerada.
Marta Uma Blanco
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Citas
"Me parece que las que tienen el coraje de rebelarse a cualquier edad son las que hacen posible la vida..., son las rebeldes quienes amplían las fronteras de los derechos, poco a poco..., quienes estrechan los confines del mal y los reducen a la inexistencia”.
Natalie C. Barney
“Hay mucha tiranía disfrazada de protección”.
Cristal Eastman
“Lo que les falta aprender a las mujeres es que nadie da el poder; hay que tomarlo”.
Roseanne Barr, actriz y cómica estadounidense.
“Si analizamos por qué las mujeres sufren agresiones, la multitud de formas de violencia que las mujeres padecen, ya sean los crímenes en nombre del honor o la mutilación genital, todos ellos se basan en la idea de que las mujeres no deben controlar su sexualidad”.
Charlotte Bunch
“Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos en pie”.
Emily Dickinson, poeta estadounidense.
"Las mujeres han servido durante todos estos siglos como espejos que poseyeran el poder de reflejar la figura del hombre a un tamaño doble del natural”.
Virginia Wolf, escritora británica.
"Una mujer tiene que valer el doble que un hombre para llegar la mitad de lejos”.
Fannie Hurst, guionista de cine norteamericana.
"Las mujeres por siglos sirvieron a los hombres de espejos, poseían el poder mágico y delicioso de reflejar una imagen del hombre dos veces más grande que la naturaleza" Virginia Wolf, escritora.
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