P Á G I N A S
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LA SOCIALIZACIÓN DIFERENCIAL Y SUS EFECTOS
La socialización se inicia en el momento del nacimiento y perdura durante toda la vida. Es un proceso en el cual las personas en la interacción con otras personas aprenden e interiorizan los valores, las actitudes, las expectativas y los comportamientos característicos de la sociedad en la que han nacido y que le permiten desenvolverse en ella (Giddens, 2001).
Estas pautas socialmente compartidas regulan el comportamiento de todas las personas, que según las cumplan o no, tendrán sanciones o recompensas sociales. Según la Teoría de la Socialización Diferencial, las personas adquieren identidades diferenciadas de género que conllevan estilos cognitivos, actitudinales y conductuales, códigos axiológicos y morales y normas estereotípicas de la conducta asignada a cada género.A lo largo de la vida se escucha la repetición de mensajes socializadores diferentes para cada sexo, se introyectan y se termina actuando en consecuencia (Walker &Barton, 1983). Estos mensajes provienen del sistema educativo, la familia, los medios de comunicación y la religión y tienden a asociar la masculinidad con el poder, la racionalidad y la vida pública y la feminidad con aspectos de la vida privada y la subordinación al hombre. De esta forma se recibe un mensaje androcéntrico, en el que lo masculino tiene más valor que lo femenino.
A los niños se les educa para la producción y para el éxito en el ámbito público, potenciando su independencia y sus ambiciones y reprimiendo la expresión de los afectos. Además se socializan en una cultura de violencia a través de los juguetes, juegos, videojuegos o películas que consumen. Se establece una relación entre agresividad y masculinidad desde pequeños y se fomentan estas conductas como prueba de virilidad.
A las niñas en cambio, se las socializa para la reproducción y para el éxito en el ámbito privado, se reprime su libertad y su ambición, y también cualquier conducta de dominio o agresividad. Esto puede favorecer una futura situación de victimización, pues las niñas se desarrollan en mujeres carentes de poder y de confianza en sí mismas.
A pesar de que han habido muchos cambios en los últimos años y hay más actitudes igualitarias entre hombres y mujeres, queda aún mucho trabajo por hacer. Para ilustrarlo se presentarán las conclusiones de una investigación del Ministerio de Igualdad (De la Fuente, 2007) que ha medido con una serie de instrumentos la estereotipia de roles, de rasgos, de valores (instrumentales y finales) y de actitudes hacia la igualdad de géneros.
Se ha tratado de averiguar si las ciudadanas y ciudadanos son proclives a una participación de las mujeres en situación de igualdad, en todos los ámbitos sociales. Es decir, se midió su predisposición a que las mujeres cambien el rol tradicional de madre de familia y ama de casa.Resultados de la investigación sobre estereotipos de rol- la estereotipia en rasgos masculinos se mantiene en todos los rasgos.
- hay una mayor estereotipia de rol familiar a medida que aumenta la edad o desciende el nivel de estudios terminados.Según la estereotipia de rol familiar, hombres y mujeres deben desempeñar tareas diferentes dentro del hogar y, según la estereotipia de rol laboral, la mujer está más limitada para poder desempeñar ciertas profesiones.Los resultados obtenidos permiten concluir, en cuanto a las diferencias por género, que:
- El sexo tiene una incidencia significativa, en la dirección de una mayor estereotipia en los hombres.
- En los hombres existe mayor estereotipia, en las dos dimensiones: rol familiar y rol laboral.
- La dirección de las diferencias por sexo es la disminución de la estereotipia con el aumento del nivel de estudios y en las mujeres.
Haciendo un análisis cronológico de todo el periodo estudiado (1993-2006) este estudio concluyó que:
- Hombres y mujeres siguen presentando una pauta de asignación diferencial a cada género muy distinta.
- Las actitudes igualitarias están más presentes a medida que desciende la edad y aumenta el nivel de estudios terminados
- El nivel cultural más alto también se configura como un elemento claramente diferenciador de las actitudes igualitarias
- Entre las mujeres, no existen diferencias significativas en los valores medios de todo el periodo estudiado: 1993-2006, indicando que las actitudes hacia el trabajo extradoméstico no han cambiado en todo este tiempo
- Entre los hombres, la situación es aún más preocupante puesto que el valor medio de 2006 es el más bajo desde 1996 aunque las diferencias no son estadísticamente significativas.
Como se puede apreciar, aún hay mucho trabajo por hacer a través de la educación en materia de igualdad de oportunidades.
Fotos: Jeongmee Yoon (artista coreano)